Fantasmas de una ciudad poblada, errantes,
sentados en los montes vestidos como Zaratustra,
delirantes como el marqués. Engreídos, más aun, poseídos de silenciosas tormentas.
Agonías de una mañana obscura.
Sería mejor pensar en desiertos, secos y angustiados de todo,
que a tenerlo todo y desear tener nada.
sentados en los montes vestidos como Zaratustra,
delirantes como el marqués. Engreídos, más aun, poseídos de silenciosas tormentas.
Agonías de una mañana obscura.
Sería mejor pensar en desiertos, secos y angustiados de todo,
que a tenerlo todo y desear tener nada.